Reseña: Entre dos universos
Título: Entre dos universos.
Autor: Andrea Tomé.Editorial: Plataforma Neo.
Género: Ficción, Young Adult, drama.
Precio: 16.90€ (Físico) / 8.07 € (E-Book).
Fecha de publicación: 9/11/2015.
Páginas: 372.Primera/tercera persona: Primera, presente.
Sinopsis oficial: Salva y Mía, fans de los Beatles y el cine de terror de serie B, tienen un hobby poco habitual: asaltar casas abandonadas. Se cuelan en edificios en ruinas, se asoman a las ventanas y se preguntan cómo era la vida allí. Una noche, su juego da un giro inesperado. En el alféizar de una de esas casas encuentran una caja. Y la caja guarda las cenizas de un muerto. De repente, un sinfín de preguntas los asalta. ¿Quién fue ese hombre? ¿Por qué estaba allí? ¿Qué tiene que ver con ellos? El problema es que a Salva no le queda mucho tiempo para encontrar las respuestas que necesita, ni tampoco para descubrir sus verdaderos sentimientos hacia Mía.
Andrea Tomé, además de otros libros, es la autora de "El valle oscuro", cuya reseña escribí el pasado febrero y al que puntué con cinco estrellas. Esta novela se convirtió en una de mis favoritas del año, por su calidad de narración, por la historia y sus personajes...
Pero aquí no vamos a hablar de "El valle oscuro", sino de "Entre dos universos". Sinceramente, tras leer una maravilla como "El valle oscuro", tenía puestas grandes expectativas en ella... e incluso algo de miedo, porque temía que no me gustase tanto; este es el segundo libro que la autora publicó, y creía que estaría peor escrito que el último, ya mencionado. Lo cierto es que no fue así. Esta autora no decepciona.
"Porque ¿cómo explicar que estás asustado durante todo el tiempo que pasas despierto? Eso no es miedo. El miedo es algo temporal".
Como habéis leído en la sinopsis, en "Entre dos universos" hay dos protagonistas principales, Salva y Mía, aunque todo es narrado por él. Tiene un tumor pulmonar, y ella es anoréxica. Cada página está tintada de su sufrimiento y su confusión hacia lo que le rodea. Podemos ver su impotencia por no poder curar su cáncer y lo que hace para tratar de conseguirlo, y también lo que piensa, entrar en su cabeza cuando está en la consulta de su psicólogo, e incluso observar que trata de mostrarse despreocupado y acalla su dolor para no hacer sufrir más a su padre.
Mía tiene claros sus sentimientos por Salva, pero él no demasiado por ella. Lo que sí comparten ambos jóvenes es que aman entrar en casas abandonadas y polvorientas. Un día (en el primer capítulo) entran en una y se encuentran con una caja de cenizas. Investigarán sobre el pasado de esa persona y cómo acabó sobre el alféizar de la ventana. Más tarde descubrirán que se llamaba Jean-Louis, y murió en Vietnam a los veintitrés años.
"Se deja caer hacia atrás, colocando los pies sobre mis muslos. Bajo el efecto de la pintura verde que cubre las despensas superiores, su piel adopta un halo mortífero. El sol cae por su pelo como una gota de miel que se alarga y alarga hasta tocar el suelo".
La lectura se me hizo un poco lenta cuando iba por la mitad del libro, pero eso no me importó: sus descripciones son exquisitas y los personajes muy reales. Segundo libro que leo de Andrea Tomé y también segundo libro que me encanta; esta escritora tiene un estilo narrativo único.
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